Enumerar arenas, I
No es fácil ni darse cuenta ni aceptar que "Nada ha nacido; ni nada se destruye", como dice el bodhisattva : pensar que nada nació de nada, que sólo somos, vemos, experimentamos, formas entrando en y saliendo de otras formas, y la energía equívoca de esas transportaciones y mudanzas nos parece "un hecho", "la verdad" de las cosas, lo conocido y lo palpable, o sea, real...
pero si no es así, si esas cosas no son así, no existen como tal, si somos cada uno en nuestras psicología y el funcionamiento de la red de neuronas y constelaciones de funcionamientos químicos, grandes genios de la confabulación, soñadores y profetas, y sólo es cuestión de grados de precisión y de privilegios para comunicar y extender nuestra visión?
si las cosas no "se comprueban" de verdad, sino que una u otra versión "se extiende", se hace cada vez más probable o vigente, gracias a una red explicativa? cómo sabemos hasta qué punto hemos logrado extender nuestra versión de la realidad, nuestra historia y nuestros indicios? cómo sabemos si nuestra versión de los hechos incluso puede hacer daño a otros sujetos que viven luchando por hacer lo mismo, o sentir que han hecho lo mismo?
queremos intentar hacer que el mundo se nos parezca, a la vez que nos interesa, y muy explícitamente, que sea novedoso, sorprendente, ágil y ajeno : acabammos esperando señales, ansiando ver que ya! ahora se puede ver con claridad qué ha significado todo, o por qué se hizo de tal manera...
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