Singular e irrepetible...
El enredo de las preferencias, de quién y de cuándo, cuando te hundes no en la belleza física sino en la singular e irrepetible hermosura de una manera de ser, de una persona en su lucha y su contundencia interior, no hay remedio : la pérdida es la pérdida, el enojo el enojo, el perdón el perdón, pero la dulzura o está o no está, sólo puede vibrar de veras o no hacerlo : en tener la suerte de vivir una pasión mutuamente auténtica, sólo puede salir o completa o incompleta, frustrada por el tiempo y las circunstancias, las excusas que hoy serán todas verdaderas pero no bastan para explicar nada...
lo inaceptable, los misterios que sólo se resuelvan en una tortura colectiva que no sería sano llevar a cabo, las humildes pero astrales distancias entre te-quiero y yo-lo-sé, que al final reclaman una atención máxima, un afecto absoluto en su sinceridad, un imposible que ambos, o todos, quieren dar y que dan, a su manera, con todos los límites habituales del flujo mutable de la experiencia : no son secretos, no son desconocidos ni terra incógnita, ni fosforescencia sin mecha ni combustible sin envase : son la carne y el hueso de la ambición y el desvío, de las leyes y de lo íntimo, que es otra cosa : son la materia prima del cómo se llega a tirarse al oleaje que circunda y convalida la urgencia del ser que trata de saber lo inaceptable-inamovible-tabú...
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