¿Cómo llegué hasta aquí?
puedo citar hechos, ilusiones, casualidades, grandes apuestas por la confianza, grandes muestras de desafío y las tormentas del alma,
puedo citar tremendismos y relámpagos, incendios y desiertos de hielo, tundra y éter, chispas y torrentes de agua salada,
puedo citar evanescencias y repeticiones, la pura ausencia de un patrón, y las normativas impuestas por el deseo, amores y rupturas, dioses,
puedo citar terrenos que ya no dan fruto y cosechas impensablemente vastas, la seducción de un lugar, de la idea de quiénes éramos,
puedo citar los caprichos de los gobernantes y el genio de la industria, un instinto de huir hacia climas templados, y el desengaño casi total,
puedo citar la vocación de escribir, la lectura infinita, el credo de la inmortalidad cotidiana, y los sueños que sólo comienzan en sueños, y después siguen,
puedo citar la lluvia en sí, el color verde, imaginaciones que no sienten necesidad de gritar, experimentaciones de peregrino, multas e interrogatorios,
puedo citar la vocalización del silencio, la música de la diferencia, el sabor de lo inalcanzable, y la llama afilada que respira abrazando,
puedo citar imposibilidades en fin imposibles, o sea, improbables votos y descubrimientos que no pueden dejar de ser verdad y más que verdad,
puedo citar aproximaciones y purezas, voluntad y enojo, la construcción de un puente cosmológico y la fantasía que bendice,
puedo citar fracasos y combates, inclinadas contingencias y absurdismos celosos del tiempo perdido, la lógica y la sed de más armonía,
pero por todo lo que hayan contribuido estos distanciamientos y disoluciones al arco de mi trayectoria, ha sido el viaje elegido en cada momento,
y ninguna media verdad ni ningún medio éxito, ninguna frustración ni temblorosa soledad importa más que ese hecho de
haber conocido un camino propio...
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